El domingo 5 de octubre quedará grabado en la memoria espiritual de los vecinos de Valterna y de toda Paterna. El barrio estrenó su nueva iglesia bajo la advocación de San Vicente Ferrer, patrón de la ciudad, en una solemne ceremonia presidida por el Arzobispo de Valencia, Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Enrique Benavent, acompañado por el del párroco Don Óscar Díaz el maestro de ceremonias y párroco de Patraix, Don Edgar Esteve, y por el vicario episcopal, Don Jesús Corbí.
Junto a ellos concelebraron numerosos sacerdotes, entre ellos el párroco de Campanar, Don Francisco José Tomás; Don Juan Antonio Cabanes y su vicario, de la Iglesia de San Pedro de Paterna. La comunidad estuvo acompañada por las autoridades civiles: el alcalde de Paterna y senador, Excmo. Sr. Don Juan Antonio Sagredo, y la concejala de Fiestas, Doña Andrea López. También se encontraban presentes representantes de las cofradías, entre ellos Doña Carmen Esteve, camarera del Santísimo Cristo de la Fe, y su esposo, Félix Perona, miembro de la Junta de la Real Cofradía.
El acto comenzó con una procesión solemne que recorrió el templo: la Cruz Parroquial, los monaguillos, los sacerdotes concelebrantes y los principales oficiantes. Ya en el altar mayor, el párroco Don Óscar Díaz abrió la celebración con un emotivo discurso:
“Estimado don Enrique, apreciado don Jesús, vicario episcopal, y demás sacerdotes co-celebrantes, excelentísimo señor alcalde de la Villa de Paterna, don Juan Antonio Sagredo, y miembros de la Corporación Municipal que nos acompañan, amigos todos. En estas primeras palabras de acogida, quiero expresar el agradecimiento a Dios Padre a través de su Hijo Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo, que nos ha permitido llegar a este día que veíamos muy lejano…”
La ceremonia estuvo marcada por signos de profunda fe: la entrega de los planos y llaves al Arzobispo, el hisopado del templo y de los fieles con el agua bendita, la colocación en el ara del altar mayor de reliquias de santos junto al acta de consagración, y la unción del altar, de las imágenes y de las paredes del templo con santo crisma.
La proclamación de la Palabra de Dios, la profesión de fe, la consagración eucarística y el reparto de la comunión colmaron de gracia a todos los presentes. El acto culminó con la lectura del decreto de bendición papal, como signo de unión con la Iglesia universal.
Posteriormente, en comitiva procesional, se trasladó al Santísimo Sacramento hasta la capilla de la comunión, que fue bendecida con Jesús entronizado y presente para siempre en el barrio de Valterna.
En su mensaje final, el Arzobispo Don Enrique Benavent pronunció unas palabras llenas de luz y de cercanía:
“Hoy he vuelto a ver al Santísimo Cristo de la Fe. He vuelto a Paterna a consagrar esta iglesia. De alguna manera también en el retablo del altar mayor se recogen ambas devociones, la del Cristo y la de San Vicente. San Vicente Ferrer nos enseñó sabiamente a rezarle a Jesucristo. Por eso he podido ver los orígenes de la fe aquí en Paterna y cómo esa fe se va extendiendo allí donde está creciendo y expandiendo la ciudad. Por eso os animo a que continuéis viviendo la fe con esa alegría, con ese deseo, con ese afán. Os imparto la bendición, también en nombre del Santo Padre.”
La jornada concluyó con un refrigerio fraterno, compartido por clero y pueblo, en un ambiente sencillo y gozoso, signo de la unidad de la comunidad cristiana. La presencia de la venerada talla del “morenet” —el Santísimo Cristo de la Fe— y la advocación de San Vicente Ferrer, patrón de Paterna, dieron a este templo un carácter especial, cumpliendo un anhelo largamente esperado: que el patrón de la villa tenga, por fin, una iglesia dedicada a su nombre. Como colofón en el acceso a la parroquia el Sr Arzobispo descubrió una lápida conmemorativa de este acto.
Valterna amaneció al día siguiente con un nuevo corazón espiritual. Un templo vivo, consagrado a Dios, donde la fe crecerá con la misma fuerza y esperanza con la que se edificaron sus muros.