Con el término Eucaristía (Acción de gracias), la Iglesia se refiere a la celebración del sacramento del sacrificio y conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, anticipado en la Última Cena, o al pan y al vino de este sacramento, que se convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
La Eucaristía es el sacramento de la comunión, los fieles que lo reciben se unen íntimamente a Jesucristo, presente realmente en el Sacramento, y al mismo tiempo quedan unidos a los hermanos en el bautismo, de manera que esta unión forma la comunión de la Iglesia. De este modo, solamente la Iglesia (a través del ministerio sacerdotal) puede celebrar y construir la Eucaristía, y al mismo tiempo esta construye la Iglesia. Por este motivo es el sacramento central y más sublime.
En la tradición católica, la celebración de los ritos eucarísticos también se denomina Misa.
La celebración de la Eucaristía consta de dos partes bien diferenciadas:
Liturgia de la Palabra: ritos iniciales, acto penitencial, Gloria (domingo, fiestas y solemnidades), oración colecta, lecturas, homilía, Credo (domingos y solemnidades) y oración de los fieles.
Liturgia de la Eucaristía: presentación de las ofrendas, Plegaria Eucarística, Padrenuestro, ofrecimiento de la paz, fracción del pan, Comunión, oración postcomunión, bendición y despedida.