En el sacramento de la Penitencia o Reconciliación, los fieles que confiesen sus pecados al sacerdote autorizado, arrepintiéndose y teniendo propósito de enmienda, obtienen de Dios el perdón de los pecados cometidos después del Bautismo, mediante la absolución otorgada por el ministro, y al mismo tiempo se reconcilian con la Iglesia.

En la Parroquia 30 minutos antes de la Misa se puede solicitar el sacramento. También se puede acudir al despacho parroquial siempre que sea necesario.

La celebración comunitaria, con confesión y absolución individual se realizará en los tiempos de Adviento y Cuaresma.